Lo que me empuja a componer música y letras y a tocar cada día es la idea de que estos sentimientos que siento puedan llegar al corazón de las personas y ayudarlas a conectar entre ellos y ser más humanos.
Cuando mi padre murió, estaba a punto de subir al escenario y no obstante el dolor que provocó la noticia no dude ni un segundo en seguir, subí al escenario y toque para él porque sabía que hubiera sido lo que él hubiera querido: celebrar su vida con la música.
Esto para mi es muy importante, el hecho que la música sepa adaptarse a cualquier acontecimiento de la vida y comunicarlo a otros sin necesitar nada más que una guitarra y una melodía.
Me da pena que hoy en día haya mucha vulgaridad y poco sentimiento en la música y yo lucho contra esto, creo que hay mil maneras de decir las cosas por eso intento siempre buscar la forma más limpia y sutil de contar la vida, el amor, los desafíos cotidianos.
La vida es una sola hay que disfrutar del sol, de la lluvia, del amor, de la naturaleza, pues de las cosas que parecen pequeñas y que a veces duelen también pero que de verdad son las únicas que merecen.
Espero, o más bien se, que escuchando mi música algo en el alma de mi público se mueva y los haga sentir parte de algo grande y maravilloso pero también duro y difícil como la vida misma, librando una sonrisa y una esperanza donde antes estaban las lágrimas y el desconforto.
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